“Los mejores terapeutas
no sólo curan los daños,
sino que ayudan a la persona a identificar
y desarrollar sus fortalezas y virtudes».
Martin Seligman. La autentica felicidad .
Cuando pensamos en psicología nos suelen venir a la mente conceptos relacionados con la psicología clínica, es decir psicopatologías y la forma de recuperar la salud mental. Sin embargo la psicología positiva se enfoca principalmente en el estudio del bienestar humano, sin que tenga por qué existir una patología, así como de las cualidades y fortalezas que la maximizan. Como máximos exponentes de esta corriente encontramos a Martin Seligman (La auténtica felicidad) y Mihaly Csikszentmihalyi (Fluir: una psicología de la felicidad).
La psicología positiva investiga los procesos que están implicados en cualidades y emociones positivas, con el objetivo de potenciar las fortalezas del ser humano y la búsqueda de la felicidad y el bienestar.
La práctica de la psicología positiva previene trastornos emocionales, haciendo más fuertes psicológicamente a las personas y elevando su potencial para ser felices.
Según la psicología positiva podemos encontrar tres niveles para alcanzar la felicidad:
- La “vida agradable”, refiriéndonos al bienestar que experimentamos con satisfacciones puntuales como puede ser una buena comida, una película, un juego, etc. Se trata de un tipo de felicidad breve ligada a la experimentación de emociones agradables y minimizando emociones negativas.
- La “buena vida”, que ocurre cuando se disfruta haciendo algo en lo que se es bueno. Se trata de identificar nuestros talentos y saber utilizarlos. Se relaciona mucho con los rasgos y fortalezas individuales, que tienen un papel fundamental en el estudio de la psicología positiva. Se asume la máxima de que al identificar y potenciar estas fortalezas podremos incrementar la “buena vida”.
- El nivel más elevado y duradero de felicidad sería la “vida con sentido”. Se trata de encontrar aquello en lo que estamos completamente comprometidos y ponemos todas nuestras fuerzas.