“ La vida es demasiado importante
como para tomársela en serio”
Oscar Wilde
El enfado es una emoción innata que surge cuando alguien o algo ha superado nuestro umbral de paciencia o de tolerancia a la frustración. Es decir, el enfado sirve para poner límites, tiene una intención positiva y hay veces que tiene una gran utilidad. El inconveniente es que sus consecuencias pueden llegar a resultar desagradables para nosotros mismos y para los demás.
Además se trata de una de las emociones más difíciles de controlar porque conlleva un gran nivel de activación. Para afrontar esos momentos en los que vamos a explotar te propongo los siguientes diez consejos. No es necesario que los realices todos cada vez que intuyas que te vas a enfadar, hay veces que con alguno de ellos es suficiente.
- Relájate
El enfado, como ya adelantaba antes, produce un elevado estado de activación en nuestro organismo. Sabemos que cuando nos enfadamos comenzamos a ponernos tensos, a hablar de forma más acelerada y con un tono más elevado. Nuestro nivel de adrenalina aumenta espectacularmente. Las personas que dedican un tiempo diario a la relajación y meditación son mucho menos propensas a enfadarse. Si no tienes esta rutina, la solución más sencilla es respirar profundamente varias veces antes de reaccionar. Seguir leyendo Los diez consejos para manejar el enfado.