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LA PRODIGIOSA MEMORIA DE LOS MÚSICOS.

Siempre me ha parecido fascinante la extraordinaria memoria musical que tienen algunos músicos, como solistas y cantantes, para ser capaces de memorizar conciertos enteros a la hora de interpretar con sus instrumentos.

No es necesario irse al ámbito profesional para comprobarlo. Con determinados métodos de estudio como el método Suzuki, se consigue que niños de 5 o 6 años sean capaces de tocar de memoria piezas de cierta dificultad para ellos.

Interpretar de memoria supone enormes ventajas, como poder tocar en cualquier momento aunque no tengas tus partituras, sentirte más libre, poder fijarte en más detalles de tu sonido, afinación o expresividad con mayor concentración.

Sin embargo, también tiene inconvenientes, como la mayor necesidad inversión de tiempo de estudio. Aunque el mayor de los problemas es el de quedarse en blanco, lo que puede desembocar en miedo escénico.

¿De donde proviene la moda de tocar de memoria?

Hasta el siglo XIX se consideraba arrogante tocar de memoria, hasta que Clara Schumann y Franz Liszt comenzaron a hacerlo sin problemas, y se recuperó el hábito de tocar de memoria que era habitual en épocas anteriores , en las que no se tenía fácil acceso a partituras. Recordemos que antes de la creación de la imprenta en el Renacimiento, tocar de memoria era una necesidad debido a la poca cantidad de partituras disponibles.

Anteriormente a estos pianistas del romanticismo, grandes figuras musicales como Beethoven o Chopin desaprobaban que sus alumnos tocasen de memoria. El mismo Mendelssohn utilizaba partitura en sus conciertos, a pesar de su prodigiosa memoria musical.

¿Cómo funciona la memoria?

El tipo de memoria predominante que utilizan los músicos se denomina procedimental y se adquiere a través de la repetición. Este tipo de memoria nos permite la realización de actividades complejas sin tener que dedicarle una gran atención.

El problema de este tipo de memoria es que no funciona bien cuando se interpone el estrés o la ansiedad en la recuperación de los recuerdos adquiridos de esta manera, ocasionando que nos quedemos en blanco.

Algunas estrategias para no quedarse en blanco.

Existen diversas técnicas para evitar quedarte en blanco de las que destacan las siguientes:

  • La repetición es fundamental para fijar la pieza.
  • Analizar la estructura de la pieza para comprender mejor lo que estamos memorizando y saber en que momento estamos en el caso de quedarnos en blanco.
  • Ensayar la pieza empezando desde distintos puntos.
  • Realizar audiciones frecuentes de la pieza
  • Tocar la pieza en tu mente.

¿Como afecta la memorización a tu cerebro?

El desarrollo de las habilidades del músico afecta directamente a su cerebro. Se ha estudiado que cuando escuchamos música se activan distintas regiones del cerebro, pero sobre todo la zona del hipocampo. En lo músicos esta activación es mucho mayor y, así mismo, desarrollan más sustancia gris.

Diversos estudios neurocientíficos han comprobado que la memoria musical se mantiene más firmemente que otros recuerdos. Es el caso de pacientes amnésicos o enfermos de Alzheimer que no son capaces de recordar quienes son y sin embargo recuerdan melodías de su infancia.

Una posible teoría es que, puesto que la música afecta a diversas áreas del cerebro, esta amplia interconexión propicia que la memoria sea más robusta.

En definitiva, el cerebro del músico no deja de arrojar datos interesantes sobre su funcionamiento que puede utilizarse en otros ámbitos.

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EL FANTASMA DEL MIEDO ESCÉNICO

El miedo escénico es algo que todos hemos sentido en alguna ocasión, ya sea cuando hemos tenido que exponer un tema en clase, un examen oral, un proyecto en el trabajo o una formación que hemos impartido. Para los músicos, ya sean profesionales o aficionados, el miedo escénico es algo con lo que tenemos que lidiar ante cualquier actuación. Incluso, hay estudiantes de música que tienen miedo en los ensayos o incluso en la propia clase, con su profesor como único testigo. Y por descontado, el fantasma del miedo escénico también suele pasearse por las salas de exámenes. La música es un arte temporal, si nos equivocamos no tiene solución, no podemos retroceder en el tiempo y arreglarlo.

Es cierto que cuanto más experimentados somos en relación a la exposición al miedo escénico, más estrategias desarrollamos, de forma consciente o no, para enfrentarnos a estas situaciones. Pero, por otro lado, sorprende la poca ansiedad que muestran los niños más pequeños ante una audición. Quizá podamos descubrir en ellos alguna clave para superar el miedo escénico. Probablemente sea su naturalidad al disfrutar de la música, su ausencia de autocrítica o cualquier otra razón innata a su desarrollo cognitivo en esa edad. Sin embargo, cuando se sobrepasa cierta edad, que suelen ser los 8 años,  dependiendo también de si el niño es más o menos nervioso, comienzan a aparecer esos temidos nervios ante la escena. Esto suele ser, entre otros motivos,  porque al niño comienza a importarle la opinión de los demás sobre su ejecución y se vuelve más autoexigente.

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