OCÚPATE Y NO TE PREOCUPES

Una buena forma de analizar en qué invertimos nuestro tiempo y energía consiste en tomar conciencia de nuestras preocupaciones. Cada uno tenemos una amplia gama de preocupaciones en nuestra vida que va creando un círculo de preocupación que nos resta tiempo y energía para actuar, por lo que podríamos decir que dentro de este círculo existe otro círculo de acción.

Cuando observamos nuestro círculo de preocupación  podemos ver que hay cosas sobre las que no tenemos absolutamente nada de control. No podemos controlar el clima, la economía, las malas acciones de los demás, el tiempo del que disponemos, etc. Son amenazas. Lo que sí podemos controlar son nuestras acciones. Podemos conseguir que el clima no nos afecte con ropa adecuada y paraguas,  que una recesión económica no nos afecte tanto porque hayamos sido ahorradores previsores en época de bonanza,  podemos evitar a las personas que nos restan energía con sus malas acciones o podemos desarrollar una herramienta adecuada de gestión del tiempo. Estos son simples ejemplos, es labor de cada uno descubrir cuáles son sus propias claves para la acción. Ahí es donde están las oportunidades de avanzar, de conseguir objetivos, de realización personal y profesional.

Preocuparse en ocuparse en lo que sí podemos controlar, en nuestras oportunidades,  debería ser nuestra primera y única preocupación.  Se trata de una energía positiva que , a su vez, amplía aún más nuestro círculo de acción. Nada consume más tiempo y energía que preocuparnos de las amenazas sobre las que nada podemos hacer. Cuando nos centramos en las preocupaciones, éstas nos controlan y reducimos nuestra capacidad de acción cada vez más. Incluso comenzamos a dudar de nuestra propia capacidad y a tomar decisiones erróneas para aliviar esa preocupación. Siempre va a haber algo que no podamos controlar, el secreto está en aceptarlo y centrarnos en lo que sí podemos actuar.

Os propongo un pequeño ejercicio. Ayuda mucho ponerlo por escrito. Elije un problema de tu vida profesional o personal que te esté preocupando. Determina si se trata de un problema sobre el que tienes algo control. A veces es difícil verlo porque no vemos que pueden existir otras oportunidades, nos cerramos en banda sobre el problema y pensamos que no tenemos control.  A continuación identifica las acciones que puedes tomar para resolver o atenuar este problema y …¡¡¡actúa!!! Lo que parece una pequeña acción puede ser un gran paso.

De lo que hagamos hoy , depende el lugar donde estaremos en el futuro. Somos responsables de controlar nuestra vida, trabajando sobre nuestras circunstancias y nuestra habilidad de respuesta. Somos responsables de ocuparnos y no preocuparnos.

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